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domingo, 10 de abril de 2011

Matanza en el oeste


Otra película de vaqueros  que termina en la basura  porque alguien decidió que  había llegado al fin de su vida útil, ¿cuantas horas de des parche habrán sido satisfechas con la  entretenida información de aquel CD- DVD?, o sería lo contrario, ¿será que resultó ser tan mala la película que su propietario decidió realizar el magnicidio simbólico de todos sus personajes e incluso de todo el equipo de producción desechando vilmente este pedazo de plástico con recubrimiento de aluminio, laca y una simple caratula rayada?

Fuera cual fuera el fin de aquella película seguramente no se compara con el de este pobre CD de 12 centimetros de díametro que en algún momento fue riqueza:

Este pedazo de plástico fue encontrado en una central de transferencia de basura  al no haber podido alcanzar las profundidades del camión recolector que lo conduce a su punto de disposición final, un hermoso parque ecológico conocido como La Pradera, donde será enterrado para su reposo y demorará entre 100 y 1000 años en degradarse junto con otros miles de discos compactos desechados.

Bueno  ese es su final, nada novedoso, ni muy interesante, lo que nos convoca en esta oportunidad es todo lo demás, es decir, por las que tuvo que pasar antes de llegar hasta aquí.

Siguiendo paso a paso su historia podemos empezar en suponer que venia en alguna bolsa plástica junto con otros desechos seguramente muy útiles, arrojada en un camión por algún trabajador de alguna empresa de aseo municipal, que recoge las basuras de un determinado sector de la ciudad a una determinada hora de día una o dos veces por semana.

La bolsa fue previamente anidada por su dueño (supongamos), el mismo que adquirió este CD (aunque se lo pudo haber regalado un buen amigo) por un valor aproximado de $1200  o $2000, ó $350 si compró una torre de 100 unidades, es difícil saber ya que el precio de estos discos se  incrementa  conforme al precio del crudo. 

Y que también, lo quemó para poderlo ver en alguna pantallas en compañía de… una buena compañía; proceso que demanda tiempo y energía. 

Seguramente permaneció una buena parte de su vida guardado en el olvido y allí se pudo haber quedad por décadas o siglos hasta que la humedad, el calor o la exposición a ciertos tipos de luz lo hubieran vuelto  uno de los 100,000 CDs que quedan obsoletos cada mes. Estos productos están hechos de materiales muy estables, tanto  que solo un mal uso  pueden llegar a deteriorarlos.

Volviendo al mercado, lo más probable es que se tratara de un CD fabricado por alguna empresa extranjera o nacional que importó los 16g del material principal con el que fue fabricado: Policarbonato de plástico, que es el medio de soporte de todos los CDs, ya que presenta una calidad óptica muy alta para el lector láser, es muy fácil de trabajar, moldear, termo-formar  y supone un 50 % del coste industrial de la fabricación del disco.  

Los principales fabricantes de policarbonato son: General electric, Dow Chemica y Bayerl, esta última produce alrededor de 1,500.000 toneladas anuales en sus plantas, de las cuales las más grandes están en China, lugar a donde llevan el crudo del que es fabricado y que proviene de países en vía de desarrollo o poco industrializados como el nuestro.

Este material plástico de excelentes características, carece de una muy importante: es considerado no biodegradable y además de eso su producción es altamente contaminante pues depende de la explotación del petróleo como ya he mencionado.

Además de esta calidad plástica del policarbonato la empresa fabricante de este disco tuvo que producir o importar  una porción de los 19 millones de toneladas métricas de  aluminio que se producen anualmente provenientes de algún país como Austria, Canadá, Noriega, Rusia, Estados Unidos (principales productores) que tras explotación minera de la bauxita, material terroso  rico en hidróxidos de aluminio y después de aplicar un proceso desarrollado por Bayer obtienen alúmina y luego aluminio por electrólisis.

Por último, este CD fue cubierto con laca (otro plástico), para proteger el aluminio  y colorantes, materiales todos ellos que no son biodegradables y cuya producción genera desechos, consume energía, agota  varios recursos naturales y es contaminante; caracteristicas ignoradas por sus diseñadores en 1979, un holandes y un japones quienes en cambio, tubieron tiempo de inspirarse en la moneda de 10 centavos de florín de holanda para definir el díametro interno del disco.


Información muy interesante aquí, aquí y aquí